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La Dolce Vita y las Hormigas

LA "DOLCE VITA" Y

LAS HORMIGAS 

El hombre vive rodeado de otros seres que no puede comprender. La realidad exterior la recibe por los sentidos fabricándola con arreglo a sus necesidades. No siempre los sentidos en el hombre y los animales son los mismos y las sensaciones que transmiten son diferentes.  Hay un órgano sensorial -"tiloides"- que desconocemos cuáles puedan ser los estímulos que perciban los insectos; se cree sean determinadas clases de olores.  Los sentidos son objetivamente muy imperfectos; los grandes vacíos, que forman la materia, nos aparecen como un todo compacto.  Es difícil partiendo de un mundo subjetivo, tratar de relacionarlos con otras colectividades vivientes.  Las hormigas, el insecto con analogías de hombre, nos ofrecen aspectos interesantes.

  Las civilizaciones nacen en la austeridad, con heroicidad; llegan al ocaso en la holganza y los vicios.  Las hormigas presentan organizaciones con distintas perfecciones o grados de "civilización". Nos ocuparemos del aspecto que supone mayor evolución; el vicio.

  La fábula de la cigarra y la hormiga causó impacto. Nos presenta el hormiguero cómo una fábrica, ejemplo de trabajo.  Hay sus excepciones.  El alcoholismo, o quizá sería mejor calificar a este fenómeno como droga, se da con carácter colectivo en algunos hormigueros.

  Un pequeño coleóptero (género lenocusa) produce una exudación azucarada que las hormigas chupan con avidez.  Su bebida produce un estado de relajación, como si adormecieran en paraísos artificiales.  La población del hormiguero se aficiona a su toma.  Las obreras abandonan el cuidado de las larvas y las restantes actividades. Los  guerreros descuidan la vigilancia y pierden el deseo de luchar.  La misma reina se hunde en el placer, acompañando a sus súbditos.  El hormiguero recuerda un barrio chino.  El aniquilamiento es el fin de la orgía.  Sólo se sálvará si se produce una invasión y los usurpadores los transforman en esclavos, que es una forma sencilla de terminar con los vicios.

  Las naciones occidentales se sumergen en la "dolce vita".  Hay una carrera en busca del placer.  Pasamos de los gamberros e incorformistas a las juventudes melenudas, acentuando la progresión decadente.  ¿Tendrán que esperar una invasión mongólica que les evite su autoliquidación? El futuro terminará por descorrer el velo de nuestra ignorancia.

Federico Baudín

Este artículo fue escrito y publicado en El Diario Regional  de Valladolid 1966, por Federico Baudín Sanchez, Doctor Ingeniero de Montes y Caminos  donde fue colaborador y ... en homenaje a él lo publico de nuevo.